Solo la subida a Igeldo es un maravillo viaje hacia otros cielos.
Y una vez en Undermount, si es tu primera vez, continúa el asombro. Porque aunque hace frío es cálido y tan amable, es lo que tú quieras que sea porque es un espacio abierto y divino, guarda los detalles bonitos. Qué mejor que tomarte algo en los recipientes térmicos de cerámica LeChien Pottery, si es que yo no puedo... siempre hay algo nuevo que me gusta, que me lo quedo en el coco, lo quiero, lo quiero, quiero LeChien!
Pero esta tarde queremos Panero. Y como sopita caliente me calan sus versos, apunto palabras de su real imaginario y hay veces que me asusto e incluso querría llorar también de hermoso. Y ya soy otra, ya estoy removida por las letras.
Los estorninos ya habían sobre volado nuestras cabezas y algunos no quisimos ver lo que nos acechaba, su laberíntico dialecto compuesto en la negra oscuridad del alma, guarda la belleza pura y esa atracción hacia la sombra nos seduce en guiños, y es irresistible, pero dolorosa.
No podemos evitarla, bajo las mantas nos sumergimos a cada minuto en sus versos cargados de verdad y miseria.
Ayer me preguntaba si puede alguien vivir esa verdad intensa aquí y ahora.
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* lo acontecido con Álvaro Gurrea. ( No soy yo quien ha de contarlo con subjetividad pura
Existe un documento audiovisual completo donde se ve la clara diferencia ya no sólo de opinión, sino diferencia y ya. )
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