Todo es mentira. Como esta fotografía, los poemas también mienten y los novios, y las hijas a sus madres. Alteramos la palabra y forzamos las luces, quitamos brillo y no hay contraste. Manipuladores de la belleza, embusteros los poetas que dicen que escriben con el corazón e inventan con sus cabezas peinadas de brillantina. Resulta entonces que este atardecer es otro gran fraude de mi mente desordenada. Y a mí se me dan muy mal las patrañas, presa fácil, enseguida soy cazada y otra vez estoy mintiendo.
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