Said n' Done: Bakemono No Ko • The Boy and The Beast

De Hosoda Mamoru

Te gustó Karate Kid? Pues esta pelicula de animación japonesa te va a camelar. También hay un maestro y un aprendiz, artes marciales y combates, la banda sonora es mejor, los personajes curradísimos y el guión bastante más completo y menos burdo.

En Japón ha sido un pelotazo, pero no es el primero de Hosoda Mamoru, veréis... De su mano también vinieron La chica que saltaba a través del Tiempo y Summer Wars, seleccionada para los Oscars. A algunos ya os va sonando, verdad?

La acción de la película transcurre en el distrito de Shibuya, donde Ren sobrevive en la indigencia por causas del destino, su madre divorciada de su padre muere y la familia de ella decide hacerse cargo de él dejando al margen a su padre, a Ren ésto no le da mucho aliento respecto a sus nuevos tutores y se lanza a la calle, escapándo de ellos.

A veces las Bestias pasean por Shibuya entre los humanos enfundadas y ocultas en sus amplios kimonos. Viven en una dimensión paralela, que es a dónde va a parar Ren tras cruzarse con Kumatetsu.

Es curioso que el mundo de Las Bestias, contra todo pronóstico es mucho más agradable, limpio y ordenado que las calles de Shibuya, y por lo que nos cuentan, Las Bestias no poseen algo tan atroz como La Oscuridad que tenemos los humanos.

Pero Kumatetsu necesita un aprendiz como sea, no tiene muchas opciones si quiere derrocar a Lozen y ser el próximo señor de Shibutengai.

Así que Ren se cría en la dimensión de Las Bestias junto con Kumatetsu, tejiéndose entre ambos una relación intensa y entrañable. Allí adopta su verdadero nombre de aprendiz, Kyuuta.

Otros personajes son Tatara & Hyakushuubou (una especie de Sancho Panza y una suerte de Pepito Grillo), Kaede (la chica por excelencia en el romance que no puede faltar) y el antagonista Ichirouhiko (desde el principio ya vemos que no es trigo limpio)

La película tiene mensajes a tutiplén, todos relacionados con altos valores humanos, por lo que puede resultar pastelito en ciertas ocasiones. A mí más bien me ha encantado y (sin ponerme puntillosa en los roles de los personajes, ya que sólo hay una chica y le toca lo que le toca... Menos mal que es un coquito al menos...) la encuentro muy apropiada para todos los públicos.

Y bueno, la cosa da bastantes vueltas, hasta volver a Shibuya, donde acontece una de las escenas más flipantes, llena de luz, magia y fantasía. Parecía que la peli se acababa, pero no.

Hay tratamiento de las emociones, los personajes tienen dudas, se preguntan cosas sobre sí mismos y su circunstancia y hay una búsqueda de mejora continua.

Un punto fuerte es Kumatetsu, este oso Samurai, socarrón y bromista, aparentemente rudo pero de gran corazón, que en un principio ve en Kyuuta un medio para no dejarse vencer por Lozen, y según avanza el film se hace tan necesario en su vida como el arroz con huevos crudos.

Hay un personaje que es mi favorito, en los subtítulos aparece como Chico, y de verdad que quisiera saber su nombre porque quiero YA ese muñequito en mi vida, para que me haga compañía, entre y salga de mi pelo, como hace con Kyuuta y me avise de todo peligro. Es blanco, pelusón y nunca abandona a Kyuuta.

Y hace unos ruiditos tan tiernos.... Una mascota talismán, eso sí es una joya que yo no tengo manos para fabricar....

Aquí los principales personajes.

Me llama la atención y me encanta que el señor de Shibutengai sea un conejo con bigotes de barbo. Yo no sé, pero desde que ví en Hondarribi todos aquellos conejos en los jardines a las 6 de la mañana mirando la luna.... Pues empecé a investigar historias y llegué a Japón, desde entonces respeto mucho más a los conejos y tienen otra importancia. Éste en concreto, es el señor que todos desearíamos para que nos gobernase. Además yo me he reído mucho con su actitud y la voz, que claro, os la perderíais si veis la película doblada.

No en vano, las voces de cada uno de los personajes están dobladas por famosos actores japoneses y personajes emblemáticos y célebres de la cultura actual en Japón.

Yo que vosotros, si tenéis nenes, o algún niño a mano, aprovecharía la coyuntura y me lo llevaba al cine a disfrutar de verdad, seguro que os lo pasáis vosotros mejor que los pequeños.

Porque es una película donde lo cómico y lo dramático se combinan en una justa medida que provoca la sonrisa y emoción de la infancia. El cine y el sueño siempre se han unido creando mágicas aleaciones de fantasía. Y yo que estaba tan dispuesta a la evasión el martes a la tarde, volé durante dos horas y sentí ciertas revelaciones de a diario durante esa ensoñación.