YoLinda Joyita

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domingo, 1 de mayo de 2016

Mon Roi, del Narcisismo y Otras Adicciones

Tú serás Mi Rey


Pues que os voy a decir, que no hagáis caso de las sipnosis de las películas que leéis por ahí ( de las críticas tampoco, acabo de leer una que vamos...).
Yo pensé que Mon Roi ( aquí le dicen "Mi Amor", el titulo original es más acertado. Mi Rey. ) iba a ser durita de tragar, aunque la verdad, que el cine francés siempre me parece apetecible, esta película agrada a las emociones y te envuelve en su círculo vicioso. No sobra metraje, como dicen también, todas las idas y venidas de los protagonistas en su tormentosa e intensa relación son necesarías para sumergirte en la adicción emocional de la supuesta víctima, Tony (Emanuelle Bercot) y de su rey Giorgio (Vincent Cassel).


Una noche estás de copas con tus amigos y cruzas la mirada con el que será el signo y sentido de tu vida. Por desgracia es un narcisista.


Narcisista es quien puede serlo, quien posee la belleza y el imán, el que desde el fondo de un arroyo, como en el Romance de La Luna y el niño gitano, te ahoga en el deseo y su reflejo. Vincent Cassel posee ese irresistible atractivo, su sonrisa de depredador adorable lo delata ya en la noche de París.
No es que Tony sea boba , pero le van las emociones y Giorgio es fuente de ellas. El desarrollo es progresivo, seducción, afianzamiento y posterior martirio.


Pero aquí hay un único punto de vista, el de Tony, la película es un resultado de sus recuerdos mientras se rehabilita de una dura caída en la nieve provocada por los constantes nervios que le genera Tony, que tiene la fantástica capacidad de situarla en el histerismo y luego consolarla. 
Lo que os decía, una sale de marcha una noche y se encuentra con un tipo que te deja patidifusa (encima está forrado aparentemente), un don juan adulador, ya viejuno que apura al máximo sus días y necesita audiencia constante, salirse de tono, llamar la atención en su virtuosismo de perfecto ser. Pero... nada de eso percibe Tony cuando se conocen, porque Giorgio habla que aturde, ya he comentado que dora la píldora a las mil maravillas y echa polvazos. Sigue teniendo esa sonrisa de capullo irresistible y también sabe ponerse tierno, pero el viento le da por todos los lados y... Las victimas siempre tienen algo de pazguatas, es sencillo paralizarlas y desorientarlas en la montaña Suiza del Monte Igeldo o en la intensidad de las emociones.


Más le valdría a Tony haber encontrado al hombre evolucionado, encarnado por su hermano en el film, esta maravilla de chico, que interpreta Louis Garrel, la belleza clásica personificada. Estar tan despeinado y ese personaje amable, lo convierten en un caramelo de manzana, que son mis preferidos. Es que miro el fotograma de arriba con la directora Maïwenn en el rodaje y... esa mirada así que tiene desde dentro y el delicado perfil... Es un poco de abrumar.

 

Al menos la película te asegura dos chulazos, y uno de ellos un capullo integral de los que crean adicción y a quien es mejor no toser, porque las cosas son como él dice o no son, es la ley del más fuerte. Queda claro en muchos momentos que él es más fuerte, al menos físicamente. Y sicologicamente también, aunque sufre de una inestabilidad bien acusable, pero como es el monarca a ver quién es la guapa que se subleva al autoritarismo cotidiano. Se le hincha la vena a Giorgio en estas ocasiones y la silencia, la invisibiliza y anula rapidito.
Y así ella, Tony, se pega una quinta parte de la película deprimida y de llantos, que estoy segura que son más de los que vemos, porque Giorgio tiene un trueno bastante grande en su necesidad de ser admirado constantemente. Es alguien que no consiente que le dejen a pesar de que él la somete a abandonos y reencuentros durante los 10 años de relación. 


Los narcisistas también lloran.
Pero como es Tony la que cuenta la historia, no será en este largometraje donde veremos los entresijos de esta patología tan destructiva. 


Un narcisista le da la vuelta a tu vida y te viste de novia cuando ya habías dejado de creer en el amor.


Te pide un hijo llorando de la emoción y el deseo ( hacen teatro súper bien los narcisistas, hasta ellos se lo creen)
 

Y tienen ex novias modelos que siguen siendo sus amantes a las que también reducen y desmontan.
Claro, aquí todas se ponen finas de Prozac, ansioliticos o lo que haga falta para poder sobrevivir la carencia constante de Giorgio, que necesita de la variedad sexual en su existencia, pero también de un hogar donde volver. Pero no hay de qué preocuparse, él mismo té abre una cuenta a tu nombre en la farmacia y te paga el psiquiatra.

La directora es Maïwenn, un bombón de chocolate francés al que Luc Besson encandiló con tan solo 15 años, actriz y directora ya con 4 pelis propias. Quizá algo tenga que ver casarse a los 17 con el director, digo por esa inclinación que tiene a buscar en el fondo de las pasiones enfermizas y destructivas, ya que su matrimonio terminó en una polémica ruptura.



 

Mujer, precoz, inteligente y bella. En Francia es víctima de la prensa amarilla y los rumores acerca de su vida privada se dan a diario, por lo que he visto...que si se murió la semana pasada, que no, que ahora la han visto entrar en una joyería con un joven para mirar anillos de compromiso...y así todo el rato.

No sé qué le ocurrió junto a Besson, pero aquí se ha marcado un ejercicio de análisis y muestra del perfecto narcisista. Y de su poder.
 
 

 
 

 
 
 

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